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Salgo algo pre (antes de) ocupado (la acción en sí) del consultorio. Durante gran parte de la sesión pienso en la forma de preguntarle a T si puede hacerme el aguante hasta las 18:45. Diviso la parada del 53 que llega hasta la casa de papá. 

Es miércoles 13 de Octubre, cumple de la Tía Nani que vive en Escobar desde hace más de 20 años. Arreglamos con papá encontrarnos a las 19 hs. Me saco el tapaboca y agarro el celular. Mando el mensaje y lo vuelvo a guardar en la mochila. 

Comienzo a caminar como si fuese para la casa de T. Aunque no la conozca, vive cerca de alguna parada del tren Sarmiento, sus audios suelen ser musicalizados por el sonido que emiten las estaciones. Doblo en Nazca. Sin rumbo. Paso la barrera (¿Serán trabas mentales que nos ponemos?). 

Aparecen micros de larga distancia y personas a su alrededor con bultos de ropa y comida. Por sus rasgos faciales prejuzgo que pueden ser de Jujuy o salta. 

Dato Psicomágico: (simbólico: un símbolo representa un significado que se le atribuye de forma arbitraria) la noche anterior nos comunicamos con Sofi, compa de la travesía sudamericana, año 2017. Si bien los nortes apuntaron a Misiones, el viaje viró hacia Salta; micro de larga distancia. Fin del Dato Psicomágico.

Un hombre vestido de Same fuma un cigarrillo al costado de una camioneta. “¿Sabes si venden boletos?”- pregunto, incorporándome a la calle. “Creo que hacen viajes de compras: viajan, estacionan, los esperan, compran y luego vuelven a sus respectivas ciudades”- pita el cigarrillo, la brasa enciende el tabaco industrial- “Mirá, ahí suelen estacionar los micros”. Un garaje al aire libre, descubierto, lindante con las vías, asomaba como potencial sitio de investigación. “Piola, voy a consultar allá entonces”- agradezco y nos despedimos con mirada cómplice, la propia curiosidad había contagiado al hombre de blanco. 

(Al transcribir estas líneas pienso en Richard. Con él solíamos intercambiar creaciones literarias. El trueque, generalmente, consistía en poesía por narrativa. Noches de vino, cocina, jardín y a veces luna llena).

¿Qué estaba pasando? ¿Así de simple es la vida cuando nos entregamos a ella? Implica salir del laberinto mental, ese sitio que habitamos desde el pensar “a donde tengo que”, “a donde quiero” y  a donde me gustaría” ir.

Llego hasta la entrada. Observo y avanzo, convencido de que lo que allí sucedía me resultaba familiar, como ese aroma a domingo por la tarde que traen las tostadas. Primero escuchaba la hornalla, se abría el gas y Zas, fuego. Luego aparecía en escena  la tostadora de metal con hileras verticales y horizontales. Una, dos, tres, cuatro, cinco pancitos cortados en redondel. Y ese olor tan característico de las migas y el pan conversando con el fuego subía hasta mi cuarto para avisarme que era un buen momento para salir. 

Un grupo de mujeres hacían cola para subir al micro. Un hombre de 20 años acomodaba todos los bultos antes de retornar al sitio donde el tour de compras había comenzado. 

“Qué tal, buen día”- inicio el diálogo con ese conjuro rompe silencios aprendido en los labios de papá. De chico solía ver como saludaba a casi todas las personas del barrio y, cada vez que ingresábamos a una sala o hall de hospital o sanatorio o lo que sea, siempre saludaba con un buen día. 

“¿Venden pasajes?”. Una mujer delgada, esbelta, amable y de sonrisa juguetona me pregunta hacia dónde voy. La realidad es que no sabía a dónde iba, hasta ese momento estaba caminando con rumbo a la casa de T y de repente apareció un micro de larga distancia con aires seductores, ¿Qué podía responderle? “No lo sé, solo quiero saber si se puede viajar con ustedes”.

 Sorprendida, sonríe. “Nosotras vamos al Chaco, para viajar necesitas caerle bien al varón, si ella lo aprueba, podes subir” ja ja ja, lanza risas divertidas, mientras dialoga con la mujer dueña del micro “¿Cómo que no sabes a dónde vas? Claaaaro, chico aventurero” jajajaj sigue riendo. “Andaba por aquí, llamó mi atención el micro y sentí curiosidad. Aún no fui al Chaco. Hoy no puedo porque voy el cumple de mi tía”.

El futuro, los planes, condicionando el presente. Desde siempre. Saber un lunes todo lo que vas a hacer en la semana e incluso cómo vas a hacerlo. Los laberintos mentales tienen esa característica: logran despistarte, mostrarte un camino “aceptable”, con las indicaciones sobre cómo deberíamos transitarlo.

“Ah bueno, nosotras venimos los martes y sábados para acá”- pausa, mastica las próximas palabras- “¿Qué haces de tu vida? AsÍ que sos de esos que se mandan”. El cora sonríe. Si supieras cuantas mutaciones, cuantas veces cambié de piel para fluir así por la vida. “Soy masajista: utilizo las manos y cuencos tibetanos”. Esto despertó la algarabía en el garaje de Flores- ¿ o del universo? Artífice infinito de posibilidades finitas – 

“¡¡¡¡Heyy, aquí tenemos un masajista¡¡¡ vamosss, venite y en el viaje nos haces a todas… uyyy, sí, yo necesito que me duele la espalda” se masajea los omóplatos mientras gesticula dolor. Todas parecieron acoplarse a la idea. Compartí que no llevaba los cuencos conmigo y les expliqué de qué se trataba ese tipo de masaje. “Bueno, te venís acá con una camilla, un biombo, 15-25 minutos, ya está, sabes lo bien que nos vendría”. La dueña del micro “ Ayyy calláte, ¿qué te vas a dejar tocar vos? Si tu marido no te deja” j aja jaa, risas. 

De repente tenía trabajo y boleto de ida. Siento fervientemente que unx comienza a conectar con la gente cuando logramos trascender las trampas mentales. Se caen los muros, los idiomas fronterizos. El amor como lenguaje universal.

Nos despedimos y vuelvo al bullicio de la calle -¿Cuál es la realidad y cuál la ficción?-. 

Compro una lapicera a un vendedor ambulante y sigo. Busco a Mr Same y le comparto la información obtenida. Intercambiamos saludos intuyendo que esa puede ser la única vez que charlemos en nuestras vidas. ¿Para qué más? La Fuente gestiona los múltiples recursos, batutea la comparsa danza que es la vida, marca su estilo y ritmo. El universo pone play y dos cuerpos que se cruzan en la calle comienzan a bailar sobre la misteriosa pista de baile con aspecto de pavimento, ruidos urbanos y semáforos. A veces guías y otras sos guíado. Lo importante, hagas lo que hagas, es hacerlo desde el cora, apagar la mente.

Pienso en Sofi, el viaje del 2017, la bici que asoma como compañera de aventuras. Pienso en….no, decido apagar la cabeza para seguir disfrutando el presente. 

Avanzo por Bacacay, respiro sus casonas con ambientes altos. Sus caras, sus voces, su movimiento. Encuentro una casa biblioteca donde un hombre teclea un computador, me da la espalda mientras curioseo su sala. Sigo respirando. “¿Te acordas la vez que viniste a ver un hostel para vivir” me pregunto. Día clave. Allí le lloré a la soledad y ella, agradecida, respondió con un mensaje nocturno que cambió mi situación. Hoy en día, tres años y medio después, volví a llorarle. Llegó el momento de abrazarla, aceptarla. 

“Qué linda la casa de Ramón Falcón, algún día me gustaría vivir ahí” sigo dialogando conmigo mismo. Digo esto y aparece la calle Caracas. “Che, el dueño tiene una peluquería por acá, ¿Seguirá? Vamos a ver”- me animo y doblamos. 

Siguiendo el ritmo del universo, 

la magia puede acontecer.

 Con los oídos bien afinados, 

el Todo puede aparecer.

Escuchaaaaaaaar

Y accioooonaaaaar.

Preguntaaaaar.

La la la la la la la laaaaaa

Encuentro la peluquería. Hablo con Marcelo que aún me recordaba e intercambiamos redes sociales. ¿Era necesario? Si el universo no usa instagram ni whatsap. Con él nos conocimos a través de una papel pegado en una de las paredes de Puan, facultad de filosofía y letras. 

Enciendo la mente y pienso en una plaza. “Misericordia, a una cuadra de lo de Gope”. Hago pis en un café. Llego a la plaza y comienzo a escribir estas líneas. 

A algunas personas la espera les desespera, a mí me llenó de anécdotas y tiempo para escribir y comer. Nos pasamos la vida planificando tanto cómo queremos que sea nuestra existencia que muchas veces nos olvidamos de vivir.

Suena un fragmento de “Nubes”,  Matías Perez, La Isla de los Pájaros :

Algún día me iré 

partiré hacia tu canción 

porque parte de mi 

es tu ser que me trajo hasta aquí 

Porque parte de ti 

es la luz que refleja este andar

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